A Francisca

No soy yo quien te engendra. Son los muertos.
Son mi padre, su padre y sus mayores;
son los que un largo dédalo de amores
trazaron desde Adán y los desiertos
de Caín y de Abel, en una aurora
tan antigua que ya es mitología,
y llegan, sangre y médula, a este día
del porvenir, en que te engendro ahora.

Siento su multitud. Somos nosotros
y, entre nosotros, tú y los venideros
hijos que has de engendrar. Los postrimeros
y los del rojo Adán. Soy esos otros,
también. La eternidad está en las cosas
del tiempo, que son formas presurosas.

Jorge Luis Borges

1 comentario:

moñas y oliverio dijo...

Somos todos. Hacia atrás, hacia adelante y hacia los costados. Fracisca será parte de vos, del mar, de la montaña, de una canción, y estos a su vez serán parte de Francisca. Francisca llevará el universo un paso más hacia todos lados. Esperamos contentos y con los brazos abiertos.